Debido a su diversidad geográfica y cultural, Colombia es un país con una enorme riqueza musical. En términos generales, el país puede dividirse en cinco grandes regiones musicales: la Costa Atlántica, la Costa del Pacífico, la región de los llanos orientales, la región andina, y la región amazónica.
Cada una de estas regiones reúne una gran variedad de géneros y subgéneros musicales. En la Costa Atlántica, por ejemplo, se escucha la cumbia, el mapalé, el bullerengue, el porro y el vallenato; mientras que en la costa del Pacífico el currulao, el caramba y el patacoré. En la región de los llanos se toca principalmente el joropo, el seis y el galerón. La Amazonía es una región donde predomina la música indígena. Entre los géneros más importantes de la región Andina se encuentran el pasillo, la guabina, el sanjuanero, el rajaleña y el bambuco.
El bambuco originalmente surgió en la región andina, si bien, por su notable presencia en todo el país, este género es considerado como la música nacional de Colombia. A partir de los años cincuenta, el bambuco empezó a difundirse fuera de las fronteras colombianas. En Yucatán, México, por ejemplo, muchos compositores populares escribieron bambucos, y hoy, el bambuco yucateco es uno de los géneros más apreciados en el país. El origen de la palabra “bambuco” es incierto, sin embargo, diversos historiadores relacionan este término con Bambouk, el antiguo nombre de una región entre Senegal y Mali, lo cual refleja el probable origen de los esclavos que aportaron elementos musicales a este género colombiano.
El bambuco se toca comúnmente con instrumentos de cuerda. Los conjuntos tradicionales de bambuco están formados por una guitarra, una bandola y un tiple, sin embargo, es posible escuchar bambucos interpretados por formaciones instrumentales que van, desde una guitarra sola, hasta una orquesta sinfónica. Los bambucos contemporáneos integran textos con rasgos de un estilo poético culto, y por lo general, su autor es conocido. “Disimulemos”, por el contrario, es un bambuco anónimo muy antiguo y su letra corresponde a formas líricas populares. Este bambuco puede considerarse un buen ejemplo del paralelismo que existe entre la temática amorosa de la canción y la manera en que ésta se baila: la coreografía tradicional del bambuco representa el cortejo entre dos personas, en el que la pareja expresa sus intenciones con suaves movimientos y un dulce intercambio de miradas.